Europa se hizo peregrinando. Quien lea este libro, que nace como un riachuelo de la fuente siempre fresca de un hombre que suma muchos años, pero no ha perdido las más juveniles ilusiones, aprenderá bellas y convenientes lecciones, no sólo las valiosas del vivir cisterciense y del peregrinar a Compostela, no sólo páginas de arte y de historia que van siempre unidas a los viejos monasterios, sino sobre todo la lección de la verdad que amanece en el corazón de quien busca a Dios y de la alegría de quien al final de la peregrinación lo encuentra.